domingo, 2 de diciembre de 2018

MEDITERRÁNEA

Robin d'Ebre, buceando en La Sisquella


Me gusta ser mediterránea. Me gusta mi cultura, mi historia, el carácter irreductible, en esencia amoroso de la Madre que se encarna en las mujeres de estas tierras. Y si encima el clima acompaña, ya es fenomenal. Eso sí: con moderación. 
Las mediterráneas nos ponemos tensas si el cielo está cubierto más de un día seguido: nuestro sol nos es imprescindible. Nos gusta que llueva: pero no soportamos dos días seguidos de precipitación.
Entiendo ahora por qué los norteños adoran el Mediterráneo: demasiado al norte, el clima es un coñazo.
82 litros por metro cuadrado en La Sisquella este mes de noviembre. Un poco excesivo ya, pero está el paisaje deslumbrante. Así, sí.

No hay comentarios: