Me traje un recuerdo de mi última visita a la Cartuja de Scala Dei: han restaurado los huertos de los recintos superiores y en ellos crecen plantas aromáticas. Me fijé en si tenían semillas: las cápsulas de unas melisas estaban maduras. Cogí algunas, con la ilusión de pensar que, tal vez, fueran descendientes de las que usaron los cartujos en lejanos tiempos...
Aunque fuera de temporada, sembré algunas: no podía esperar a la primavera. Si germinaban, tendría que guardar las plantas dentro de casa para preservarlas del frío.
Una germinó, y aquí está la melisa de los cartujos. En primavera crecerá más frondosa y plantaré las semillas restantes.
Qué cosa más bonita...
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