lunes, 5 de agosto de 2019

RECICLANTES

Nuestro sombrerito de paja que nos ha acompañado tantos años ya está roto. Pero no lo tiramos: no será descartado, sino transformado. Y una vez libre de cintas e hilos, se lo damos a Peque, que se lo va a zampar. Volverá así la paja del sombrero a la tierra de la que una vez nació. Nos da un poco de pena, por eso.

2 comentarios:

aStroStrich dijo...

Todo un manjar! muy bien

Robin dijo...

Listo. Reciclado ya.