TORNADILLO

Añadimos otro evento meteorológico a nuestro acervo sisquellano: un tornadillo.

Sí amigos, me he quedado de pasta de boniato cuando el tejado de la casita de madera ha salido despedido a modo de efecto dominó, placa tras placa. Ya decía yo que el sonido ronco que se escuchaba en el Montsant no era un trueno continuo, sino algo más peligroso. Una plancha ha quedado colgada de un olivo, perforada por una rama.

Apocalipsis.

Lo que más impresiona es el ruido. Es como si el cielo fuera a succionarte. O a caer sobre ti, en verdad. Nunca había escuchado nada igual.

Queda terremoto y meteorito. No digo más.