Otra de las plantas exóticas que usaba Santa Hildegarda es la cúrcuma zedoaria. Le da un uso que hay que tener muy en cuenta: la recetaba a quien le tiemblen convulsivamente las extremidades. Se trocea la zedoaria en vino, se añade galangal y miel y se cuece. Se bebe caliente.
También para aliviar digestiones pesadas, hacer una torta con zedoaria pulverizada en harina de trigo y agua que se cocerá al sol o en horno no muy caliente. Se pulveriza la tortita y se come el polvo en ayunas y antes de ir a dormir.
Dolor de cabeza muy fuerte se alivia metiendo polvo de zedoaria envuelto en un paño y mojado en agua aplicado a las sienes y la frente.
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