miércoles, 14 de septiembre de 2022

L'ALGARS

 


Los ríos pueden unir o separar. El Algars separa. Frontera desde tiempos remotos entre asuntos mundanos de los pueblos que habitaban a sus orillas; eso sí, frontera ajena. A él, en verdad, le da igual. Porque el tiempo de los ríos, como de todos los accidentes geográficos, es diferente del tiempo humano. 

Para los ríos somos como esos insectos efímeros que pululan en las noches de verano. Ellos cuentan el paso de sus aguas por siglos. Y durante tanto tiempo, excavan su lecho y modelan sus riberas. 


El Algars ha cincelado cubetas intercomunicadas en un curioso laberinto pétreo. No es fácil caminar por este lecho engañoso: si metes el pie en el fondo, el limo depositado y resbaladizo se remueve y se levanta. Frontera - íntima ahora - entre mundos de humedal y de secano.

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