Como se hace de noche más pronto, tenemos tiempo para poner en marcha algunas cosas de intendencia. El otro día decidimos probar la televisión y la antena parabólica. Os comenté al principio de todo que el primer día, mi marido quería ver los partidos del mundial de fútbol, conectó todo el aparataje, puso en marcha el grupo electrógeno y petó el receptor de satélite...
El pobre, que es un adicto al fútbol, compró otro aparatillo. De la TDT ni rastro, aquí no se pilla la señal. Casi que mejor, para lo que hay que ver... Pasamos a la sintonía por satélite.
En los primeros momentos, no había forma. "Sin señal, sin señal", decía el pobre aparato. Después de un rato y varios juramentos en arameo de mi marido, que tiene algo de sangre aragonesa, conseguimos imagen. ¡Albricias! Aparece en pantalla: canal 666.
¡Fantástico!-pensé yo- un canal sobre esoterismo y películas así como del diablo y eso (recordad que es el número de la Bestia...) Al aparecer la imagen, como ya habréis adivinado, surgió una rubia alemana con un par de tetas descomunales retorciéndose lujuriosamente en una cama y repitiendo "Rufen Sie jetz an, mein klein" (llámame, pequeño mío) espasmódicamente. ¡Vaya tela!. Cuando la llamaron, la fiesta fue total, vaya despelote. De vez en cuando, a parte de los partido de la Champion, vamos a ver a estas señoras tan cariñosas, a ver si las ha llamado "sein klein"...
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