El barranco de la Sisquella baja alegre. Agua. Agua como nunca la habíamos visto...
Se encienden los resortes de la aventura...
Porque...¿de dónde viene? ¿Dónde nace? ¿Dónde está el origen, la fuente, el principio...?
Y naturalmente...pues que vamos en su busca. A la búsqueda de las Fuentes de La Sisquella.
Que ya sabía yo que acabaría en el fondo del barranco...de una manera u otra.
He escogido la mejor: nos vamos con los perros a seguir el lecho del barranco hasta que encontremos su principio.
No es sencillo seguir un barranco: hay zonas, como la de la foto, que están relativamente abiertas, de buen paso. Pero en otras, la vegetación ha establecido su dominio: las cañas, los carrizos, pequeños árboles de ribera y otras acuáticas han tejido una selva inextricable.
Ya en los primeros tramos tenemos algunas dificultades: hay que ir pasando de una orilla a otra, según la entramada red vegetal.
Los humanoides somos los peor parados: los seres perro triscan a sus anchas, en plenitud.
Llegamos a varios lugares de fondo rocoso donde el agua se queda retenida formando pequeñas lagunas. Un paraíso para musgos y algas, que renacen, una y otra vez, de las sequías. Planeta agua, sin duda alguna.
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