En estos últimos tiempos hemos pasado de las arideces arizónicas rolandgarrosianas a las exuberantes frondosidades más propias de las regiones subtropicales del planeta Tierra y de Wimbledon por añadidura. Obsérvese sino el huerto sisquellano, que a fuer de ser abonado y tratado con cariño, nos ofrece este aspecto insuperable. Un poco de sol y calorcillo después de la lluvia hace que los vegetales asciendan con rapidez en sentido contrario a la fuerza gravitatoria, cosa de mucha valía si bien se piensa. Y es que el agua es vida, alegría...que siga lloviendo. !!Maldonado grannndeeee!!
2 comentarios:
Mis legiones andan escasas de provisiones, me encaminaré con ellas hacia tales espacios vitales con posibles abundantes cosechas a marchas forzadas. Espéreme, estoy a menos de una semana de marcha y poder coger fuerzas, fuerzas vitales.
Ojo que sobre una colina igual hay un ejército de galos de esos ngggg tirando como para el cerro de Ubeda...
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