...meado se levanta. Tal es el caso que nos ocupa.
Hemos perdido a dos de los gatitos rescatados; se han muerto. Pero a cabezones no nos gana nadie. El gatito que queda ha pasado parte de la noche sobre mi pecho, dándole el calor que Aina se ha empeñado en no dispensar. Hemos insistido en hacerle mamar, y parece que al fin esta mañana su santa madre ha decidido ocuparse de él. No bajamos la guardia de todas formas. Media noche sin dormir, y encima el bebé se hace pipi en el regazo de Mikel mientras lo cogía para comprobar su estado. Meados estamos, pero no hay mejor noticia: el gatito mama y metaboliza. A ver si lo conseguimos.
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