EN LA CUNETA

"Mi sangre estaba hirviendo con tanta envidia, que,
cuando llegaba a ver a un hombre ser feliz,
hubieras podido ver la lividez que me invadia."

Dante, Divina Comedia (Condenados en el Purgatorio)

Yo tenía arritmias cardíacas y busqué un lugar para vivir lo más tranquila posible, sin sobresaltos ni disgustos. Así que miré en el mapa el lugar con más tierra sin habitar a su alrededor. Anda que si me descuido...ya aviso de antemano que cualquier día me encontrarán fiambre en alguna cuneta del yuyazo que me va a dar.
Ese lugar está iniciando una apertura hacia horizontes de progreso que complementen la base agrícola inmemorial. Excelente combinación: tradición y aperturismo.
Sin embargo, estos avances chocan siempre con la base antropológica de la posesión del territorio propia de los homínidos y en general del orden de los Primates.
Esto no deja de resultar un obstáculo para tal apertura. Sin duda, estos avances conceptuales respecto a la génesis de riqueza se ven obstaculizados por los férreos defensores de la tradición del género Homo.
Son loables las buenas intenciones de promoción de un lugar. Pero además de alabar las virtudes de un producto o las bondades de tal o cual recurso, debe realizarse un trabajo de concienciación de la población no ya para hacerlos partícipes entusiastas de la iniciativa, si no cuanto menos para que no la boicoteen.
Algunas reacciones rurales espantan al personal. Mayormente si la persona invitada proviene del entorno urbano más refinado. Es una lástima que un posible inversor haya sido testigo esta tarde de una reacción del tipo "no me pises el bancal que llevo chanclas". Lo peor es que ni yo misma sé si es correcto que me esfuerce en convencerle de que "una mala tarde la tiene cualquiera"...
Va a ser que no.