No todo son agonías. Nuestros ímprobos esfuerzos son recompensados con creces. Unas habas recogidas y cocinadas al momento. Un aporte de energía y proteína vegetal suculenta y turgente. Admiten varias preparaciones: a la catalana están buenísimas. Sofrito de ajo, tomate y cebolla y emparejadas con butifarra negra. Plato único de reminiscencias antiguas.
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