A veces se duda, porque las condiciones climáticas son tan desfavorables que digamos que se ve venir: esta temporada, las vamos a pasar canutas. Sigue sin llover -continuamos con los 5 mm de enero-, hace un viento morrocotudo que aún reseca más a todo bicho viviente o inerte y disfrutamos de unas temperaturas caribeñas. ¿Alguien puede pensar que este 2016 será normal? Nosotros creemos que no: seguimos y seguiremos batiendo records. Al tiempo.
Sin embargo, seguimos pensando que vale la pena seguir. Es lo que tiene la juventud: inasequible al desaliento. Sabemos que cada vez costará más, que nos desanimaremos a veces, que en muchas ocasiones lo echaremos todo a rodar, enfadados, decepcionados con una naturaleza que no es madre: es un desmadre total. Pero, ¿quién sabe? Igual algo cambia para bien. Algún día. Así que ahí van los guisantes, en sus filas, esta vez plantados en hilera, no a golpes. Que luego buenos son en conserva: guisantes en invierno, deliciosos: nuestros queridos guisantitos.
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