Y es que, después de un día de lluvia bien caída, suave y comedida (8 litricos por metro cuadrado) con unos cielos preciosos en tonos azules cobalto y blanco nata, nada mejor que una velada de convivencia interespecífica. Beltzi, la conejita negra de botitas blancas, está sentada junto a Dina. Es muy divertido ver cómo juegan, sobre todo cuando la conejita usa sus manitas para boxear y emite un gruñidito: brrrrrrrr...mientras tanto, Luna, la conejita marrón, anda haciendo de las suyas bajo las estanterías. Cuidado, porque los conejos sienten preferencia por roer cables: últimas víctimas, el teclado externo del ordenador y los auriculares de Mikel...
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