miércoles, 3 de febrero de 2016

MURCIELAGOS: OTRO MUNDO

El mundo que conocemos está achungándose a marchas forzadas: calor en febrero, no llueve ni a tiros y avanzan sin control todo tipo de plagas bíblicas; aunque, como siempre, no pasará nada, porque nunca pasa nada. Pero en busca de lugares diferentes y que nos estimulen ante la monotonía del monoclima universal, vamos en busca del útero matenno: y así es como nos introducimos en una caverna. Para nuestra sorpresa y agradable estímulo, la gruta es un profundo túnel que se introduce en lo más hondo de la montaña: allá, lejos, parece que hay algo de luz...pues allá vamos.
El frío pasadizo ahonda durante casi 1 km en la roca. Abovedado pasadizo, totalmente oscuro. Nos acompañan los perros: Boli, el caniche, a medio camino -con el criterio que le dan sus ya numerosos años- decide retroceder y esperarnos en el coche. Troya, Dina y Gala, para las que todo es juego, avanzan sin problemas en la penumbra, apenas iluminada por la luz del móvil. Gotas de agua (¡milagro!) caen desde el techo rocoso. ¿Habrá otros seres aquí además de los aventureros sisquellanos? Pues sí.
Del techo y en algún recoveco de la pared penden bolsitas marronáceas, inmóviles, como hojas secas de una encina subterránea. Apenas se les ve respirar...los pequeños murciélagos duermen su sueño diurno, esperando que nuestro mundo cambie para transformarse en esa noche bellísima que es su mundo. Hacen bien.
No sé ni el género ni la especie: hay muchos tipos de murciélagos en Catalunya. Sería necesario verles la carita...pero no los vamos a molestar. Somos invitados en este mundo de paz, estable, húmedo y sereno...

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