jueves, 19 de abril de 2018

JABALÍ, EL ARADO NATURAL

Debo ser una persona con suerte, porque a mi, los jabalíes nunca me han roto nada en las fincas. Es por ello que, cuando alguien se queja de que los suidos le han destrozado tal o cual cosa, le indico que se fije porque tal vez los daños se los hayan producido jabalíes de dos patas...pero bueno, eso es otra historia.
La cuestión es que, en las fincas en las que no hay una cubierta vegetal bien establecida, los jabalíes escarban, de manera que hacen el trabajo de un labrado superficial, removiendo la tierra aledaña a la base de los olivos. Pues oye, ideal, porque es la zona más dificultosa para trabajarla. Si os relajáis, muchas cosas que son problemas se transforman en ventajas. Menos escopeta y más neurona.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Aquí han llegado hasta debajo de casa y eso que estamos pegados a la ciudad. Se comieron el maíz del vecino el verano pasado.

Robin dijo...

Una verdadera mala suerte. Sí que es verdad que suelen fastidiar al que les maldice, ni que sea internamente