La menopausia es esa etapa de la vida en la cual dejas de menstruar y engordas como una vaca frisona a causa de que, ingieriendo igual cantidad de alimentos, te aprovechan el doble. Así que incrementas el peso a razón de medio kilo diario. El grito de alarma salta cuando el anillo de casada, que hasta el momento ibas rotando de una mano a otra para que no dejara marca en el dedo, se niega a salir del anular amorcillado. Mientras tanto, los hombres que te rodean, a la pregunta de "¿estoy más gorda?", te contestan que ellos "te ven igual", lo cual indica que pasan de ti completamente o que les aqueja un incipiente glaucoma.
Pero hay remedio: incrementar el ejercicio físico y comer como un cartujo, es decir, dieta monástica.
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