sábado, 30 de octubre de 2021

LA LEYENDA DE LA REINA MORA DE SIURANA

 En tiempos del conde Ramón Berenguer IV toda Cataluña estaba dominada ya por los cristianos. Solamente quedaba un reducto en manos de los musulmanes: el reino moro de Siurana, en el Priorat. Pero poco a poco los ejércitos cristianos fueron progresando hacia la montaña en su conquista, hasta que un buen día llegaron al pie del castillo. Abdelazària era la reina mora que en él habitaba. 

El castillo era inexpugnable. Pero un vecino delator, a cambio de salvar sus bienes, reveló a los ejércitos cristianos cómo entrar en él. 

Y así sucedió, aunque la deshonra del vecino fue castigada, pues todas sus posesiones ardieron durante el fuego que durante el asedio quemó por completo el pueblo. 

Abdelazària decidió que no podía permitirse ser capturada por los cristianos: así que vendó los ojos de su caballo, montó en él y lo espoleó en dirección hacia un barranco. Estaba decidida a suicidarse. En el último momento, el caballo, dándose cuenta de lo que iba a suceder, clavó los cascos en la roca del precipicio: las marcas aún permanecen. Pero fue inútil. Ambos se despeñaron hacia el abismo. 

Dicen que el cuerpo de la reina fue recuperado y enterrado con honor en una sepultura adosada a la pared de la iglesia en su parte exterior, dado que al ser musulmana no podía ser enterrada en suelo cristiano.

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