viernes, 1 de marzo de 2024

PARARSE


 ¡Qué difícil es satisfacer a los occidentales de hoy en día! Observo cómo su motor en todo momento es sentir, hacer, no detenerse jamás: no debe haber aburrimiento nunca. Ahí está la trampa de su desazón. Porque del desear continuo deriva el ansia de saturar los sentidos y de poseer. Por lo tanto, como sólo una de las configuraciones posibles de la realidad se ajustará a sus expectativas, la posibilidad de satisfacción se reduce tanto que se hace improbable.

¡Dame herramientas para gestionar eso! La herramienta es el no deseo. Si estás tranquilo, observando a tu alrededor sin desear nada de lo que ves, pensando en todo lo que te rodea sin el ansia de querer poseerlo o transformarlo a tu gusto y por lo tanto no cometes acciones poco adecuadas, disfrutarás. De lo contrario tienes el mundito de ahora, más removido que una cantera y sin poder parar nunca de ir hacia delante, siempre fuera de uno mismo y haciendo ricos a cuatro bandidos.

Hay que pararse, de verdad.

No hay comentarios: