A estas alturas, ya nadie ignora que soy una bruja brujosa y que me dedico, con nocturnidad normalmente, a la práctica de las artes adivinatorias y ciencias cuartomilénicas. Que conste que las cartas me las ha regalado otra bruja de enjundia, de manera que estamos todos embrujados. El lugar es propicio: recordad la falla que pasa por la Punta de la Faba, signo inequívoco de telurismos desatados. Siempre en positivo, nunca en negativo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario