Hoy podemos dar la noticia: después de varios años de trabajo, hemos conseguido una alubia autóctona sisquellana. La capacidad de recombinación que presenta el género Phaseolus es considerable, permitiendo que, con dedicación y perseverancia, se puedan conseguir variedades adaptadas a unas condiciones de cultivo determinadas.
De la colaboración entre el trabajo de campo realizado en nuestro huerto y el aporte de líneas parentales por parte de nuestro invitado Mikel ha surgido la variedad de alubia sisquellana. Las dos líneas parentales son la negrita de León y la pinta de Gernika.
Hace dos temporadas realizamos la plantación adyacente de una parcelita de pintas junto a las negras leonesas. Estas últimas mostraron una muy buena adaptación a las duras condiciones edafoclimáticas de la zona, dando lugar a plantas fuertes y vigorosas de mata baja que florecieron con abundancia y que crearon un microclima a causa de su abundancia foliar. A su lado, las pintas de Gernika, de medio enrame, sufrieron más los rigores de falta de humedad y suelo arcilloso. Sin embargo, la cosecha de ambas parcelas nos obsequió con una mayor parte de fenotipos parentales aunque entre ellas aparecieron unas alubias del tamaño de las leonesas, más pequeñas, de forma más esferificada y de un color similar al otorgado por el pigmento de las pintas, pero sin manchas blancas.
Esta variedad fue replantada nuevamente para comprobar si los caracteres genéticos se habían fijado o bien había una reversión a los tipos parentales. Y efectivamente, se ha mantenido el fenotipo de la hibridación, destacando una mayor productividad a medida que se han ido realizando sucesivas plantaciones con las alubias obtenidas.
Ni qué decir tiene que estamos muy contentos de haber obtenido esta recompensa a nuestro trabajo, en forma de un ser vivo que ha sido generado gracias a nuestra aportación y que corresponde al nombre de Phaseolus vulgaris var. sisquellanensis.
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