Leyendo manuales sobre huertos ecológicos recomiendan usar semillas adaptadas ya o al menos autóctonas. Nosotros en nuestra línea teníamos que ir más allá, y nos propusimos el año pasado plantar alubias de Gernika ni más ni menos. Ya el hecho de plantar judías en esta zona es una temeridad, tanto por clima como por tierra, pero encima usar una variedad que procede de una tierra donde la radiación es la más baja de la península y las lluvias mucho más abundantes para plantarlas en otro donde el clima se puede catalogar de semi-desértico es, sencillamente de locos. Pero como con casi todo, con esfuerzo y dedicación, pero mucho, eso sí, nos propusimos intentarlo. El resultado es el que podéis ver en la foto: no solamente hemos conseguido aclimatar las alubias de Gernika, también se pueden ver las alubias blancas de Ainsa y las rojas alavesas. No es puro capricho el haber intentado esta adaptación, que aunque hubiese sido así también hubiese valido, sino que son las alubias con mayor calidad gastronómica del mundo. ¡Y eso que no ha hecho más que empezar la recolecta!
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