Una maravilla que hemos creado nosotros mismísimos a partir de romero, aceite sisquellano y cera de abeja: crema de romero. La elaboramos poniendo a la lumbre un buen puñado de romero bien picadito embebido en aceite sisquellano. Se calienta ligeramente un buen rato, de manera que la esencia liposoluble del romero pasa a nadar plácidamente en la matriz oleica. A continuación se añade a la alquímica mezcla cierta cantidad de cera de abeja, para conseguir que, una vez enfriada, la sustancia obtenida sea cremosa. Cremosa y translúcida, suavísima y perfumada sustancia con propiedades medicinales y curativas. El equilibrio entre aceite y cera permite que la crema no resulte untuosa y si se aplica sobre la piel no queda esa sensación resbaladiza y pringoseta. En la crema de romero tenemos las siguientes sustancias:
25% de cineol; 15% de borneol; terpenos; terpenol; 8% de taninos; flavonas, saponinas, ácidos; sitosterina y betulina. Una verdadera botica natural.
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