miércoles, 2 de diciembre de 2015

EL CAMBIO DEL CAMBIO

Diciembre. Por San Andrés, la nieve en los pies. No será por estas latitudes. El cambio del cambio se manifiesta: pimientos de diciembre. Impensable hace unos años. Comemos al aire libre, toda la semana: el sol calienta al mediodía, aunque de noche hiela ligeramente. El clima oscila, cambia: más cálido, más seco. Algunos se alegran: se plantan viñas en Gran Bretaña, los rusos aplauden con las orejeras de sus gorros de piel de oso polar y auguramos venta de parcelas en Groenlandia a no tardar: Urbanización Valparaíso, rezará algún cartel en algún punto de su costa. Bien para unas cosas, mal para otras: los olivos necesitan temperaturas primaverales suaves y humedad para que cuaje su flor; de lo contrario, las cosechas son cortas, como este año. También necesitan horas de frío en invierno, para que la floración sea abundante y las flores, viables. El frío mata plagas, huevos y larvas varias.
El cambio del cambio. Parece un slogan electoral. A ver qué pasa.

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