Las tierras interiores siempre han tenido como origen de poblamiento un punto de agua cercano. En algunos lugares, el primer origen se mantiene, testimonio de la necesidad más vital de los seres vivos: disponer de agua.
En La Granadella, el pozo árabe se conserva, un poco en las afueras, en el antiquísimo camino que conduce al lugar de poder de la zona: la ermita de Sant Antoni. Pero de ella hablaremos en otro momento. El pozo sigue, aquí: incluso la argolla de la polea es la original. Emocionante.
2 comentarios:
Últimamente estás más bien "Robin del Segre" :P
Tan sólo una S separa los dos ríos, osito....
Publicar un comentario