Vas con ilusión a recolectar el fruto de un trabajo que has realizado de la manera más respetuosa y con el menor impacto posible en el medio. Y te encuentras con las tres cuartas partes de la judía devorada por los gusanos. Que no me vengan los puristas de la ecología hablando de desequilibrios, de alteraciones telúricas, de úteros de la Gran Madre ni de otras zarandajas. Os aseguro que se entienden, también, algunos comportamientos químicos. Entramos en una etapa de equilibrios necesarios. No todas las fotos de los huertos naturales pueden mostrar cosechas ni tan verdes, ni tan hermosas...ni tan fértiles.
2 comentarios:
Robín , después de unos días ausente en el apartado del blog ...estoy leyendo poco a poco las entradas y ésta es una verdad como un templo.
Ya no sabemos lo que hacer para combatir las plagas, debe ser por la inclemencia del tiempo con humedad alta y temperaturas excesivas . Los árboles se han infectado con abolladuras, hongos de nombres raros y esto no hay quien lo pare porque termina con los árboles y la cosecha.
Hemos aplicado sales de cobre como última alternativa , así que ya te contaré. Un beso.
Ya sabes Candela que yo suelo ser optimista...pero pienso que poca cosa queda ya por hacer, sino cambiar los cultivos que hasta ahora teníamos por usuales por especies más rústicas, adaptadas a las nuevas condiciones...y a ver qué pasa.
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