martes, 6 de septiembre de 2016

ESCALARRE, YUYU



Desde Esterri parte un camino que nos asegura que en 35 minutos nos lleva a Escalarre; lo que no nos dice es en qué condiciones, pero bueno, vamos a probar.
Al principio el sendero es visible y asciende suavemente: nos tiene que llevar 120 metros por encima de nuestra altitud de inicio. Pero poco a poco, el camino se difumina: se ve que no pasa mucha gente...
Algo más adelante, la pista se pierde en tres opciones más o menos reconocibles; el pueblo se ve en la ladera de enfrente, pero ¿cómo se llega a él? Optamos por la rama ascendente, de difícil acceso a causa de unas rocas desprendidas...y al poco, un cráneo de animal sobre una piedra parece advertirnos...seguimos avanzando...y un segundo cráneo, esta vez deforme y achatado, nos indica que llegar, llegaremos...pero a un inquietante lugar...
Escalarre tiene la iglesia intrigantemente alejada del núcleo urbano; está dedicada a Sant Martí. No tiene el típico campanario románico: uno en espadaña la corona. Entramos en el cementerio anexo: las paredes son firmes, y el ábside, rústico. En la portada, unas simpáticas caras nos sonrien, lo cual nos tranquiliza...
Escalarre fue desde siempre un lugar misterioso: nunca tuvo muchos habitantes y sí fama de ser lugar propenso a pulmonías y reumas. Una extraña forma de asociacionismo medieval perduró por tiempo, dando a entender una especie de independencia autosuficiente de este lugar cargado de energías.

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