miércoles, 7 de septiembre de 2016

SALVIFICOS MELONES

Mientras tanto, al sur, donde los mapas probabilísticos de precipitación marcan 0 para siempre, el agua de riego se transforma en materia orgánica de manos de las meloneras. A ellas, que les den caña, que siguen. Melones suculentos y de gelatinosa entraña para hidratarse de otra manera, más dulce. Y dulce está este compañero de fatigas hortícolas y de satisfacciones gastronómicas.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Mmmm, melones. En la Catalunya central también hay que tirar de la ingeniería medieval de la sèquia para suplir el agua que no cae del cielo, aunque truene a veces. Ya caerá, ya, que lo dijo ayer el duende. (Tenemos rebautizados a todos los meteorólogos de la TV3 y este es Francesc Mauri)

Robin dijo...

Ya pero ya...que están las olivas más arrugaitas que el pescuezo de un pescaor...