Mientras tanto, en el sur, las condiciones son propicias para algunos eventos genéticos interesantísimos: se han hibridado las judías negras con las rojas pintas, y hemos obtenido esta bonita variedad negra pinta. Un verdadero tesoro que alegra las sequedades reinantes y nos indica que la vida posee mecanismos de adaptación para cualquier condición. Magnífico. Obraremos como con las rojitas que obtuvimos igualmente por hibridación hace dos temporadas: las de momento pocas semillas que tenemos serán plantadas en primavera para reproducirlas más abundantemente.
En la foto, arriba las dos variedades parentales, y abajo la hibridación.
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