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| Fuente: SENA DSPACE |
La primera actuación a realizar en un bosque quemado es la determinación de las curvas de nivel que nos permiten identificar las caídas de las aguas pluviales y retenerlas para que no se escurran ladera abajo, facilitando la absorción por el suelo y su paso a los acuíferos, que de lo contrario quedarán más secos que la mojama. Material necesario: muchas estacas, martillo y caballete de nivel, y ramas quemadas sacadas del propio bosque para hacer un entramado de contención, a una altura sobre el suelo de 10 cm. ¡Es imprescindible retener la materia orgánica!
Una vez hecho esto (que según la extensión quemada y la gente disponible es un trabajazo) se pasará a inocular los microorganismos en las partes superiores del monte, para que con la lluvia vayan siendo absorbidos por la tierra y transportados monte abajo. Si hay cultivo suficiente, se puede inocular en toda la zona quemada. En caso de que haga mucha calor, se protegerá la zona inoculada con mulching obtenido del entorno (montoncitos de carbón, hojarasca quemada). El inóculo es preferible hacerlo horas antes de una predicción de lluvia.
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