A esta hora de la noche podemos hablar de confidencias. Es ya evidente que la vida es una verdadera mierda y no hay excusa posible. Nada me convencerá de lo contrario a estas alturas, ni espero que nadie lo pruebe tampoco. Los intentos de ver en lo que nos rodea un atisbo de bondad universal resultan vanos. Así que digamos que seguimos para bingo pero sin fichas para tapar los numeritos del cartón.
Esto, que puede sonar duro, es la pura realidad. Otra cosa es que la disfracemos de jolgorio cósmico, de guruyíticas enseñanzas, o que intentemos maquillar nuestro ocaso de falsos dioses con los ocasos solares. Nada sirve.
Eso sí: no desesperéis. Igual un día teneis suerte y se os aparece la Virgen. Aqui, una que lo ha intentado y se le ha aparecido...en fin, eso es ya otra historia.
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