¿Será posible...? ¡Vaya terrones de tierra tan densos, compactos, que se forman, y eso que no paramos de trabajarla...! A estos truñitos terráqueos se les llama gleba, y en época medieval, a los campesinos que estaban sujetos a servidumbre feudal se les llamaba siervos de la gleba. Era imposible que dejaran las tierras del señor feudal, y si se les ocurría mínimamente pensar en tal posibilidad, eran perseguidos y sometidos a las más duras sanciones y escarmientos. Es, de hecho, una institución esclavista en plena Edad Media.
Hoy en día, la esclavitud como tal está abolida, pero no la de facto, que viene a ser la explotación laboral, que por consentida por los trabajadores no deja de ser abuso de poder. Y la bancaria, que ofrece productos infaustos a abuelitas que no se enteran de nada, y a no tan abuelitas que se fían de la persona de confianza que siempre les ha atendido en la ventanilla de la entidad...hay que ver, si es que a ellos también los engañaron con las preferentes, pobrecillos...
Total, que a pesar de estas glebas huertanas, le vamos dando al azadón y vamos recolectando el fruto de nuestro sudor. Y nos lo comemos, ñam ñam, libre de polvo y paja. Bueno...libre de paja. Y sin herbicidas, insecticidas ni otros añadidos perniciosos. Digo yo que será buena cosa...
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