De todas maneras, tenemos que destacar un par de cosas.
Me preguntaban el fin de semana pasado porqué no bajaba tanto al pueblo como antes. Pues bien. Porque para hacer todo lo que hay que hacer aquí para obtener un mínimo rendimiento se necesita mucho tiempo y mucho esfuerzo. El clima es muy desagradecido: las lluvias de otoño están fallando y hay que regar. Pero ya no baja agua por los canales de riego, no hasta nuestro huerto. Hay que regar cada día a cubazos, usando la fuerza de nuestros brazos. La provisión de agua es cada vez más lejana a medida que se incrementan los días de sequía. Llueve por los alrededores, pero las nubes aquí se parten en dos en una extraña costumbre no explicada y dejan esta zona con un 60% menos de precipitación que cualquier territorio vecino.
La tierra no es buena: excesivamente arcillosa, requiere mucho volteo, muchas enmiendas, mucha dedicación para que produzca. Todo lo que veis es resultado de muchísimas horas invertidas. El tono jocoso con el que suelo expresarme oculta en cierto grado todos estos hechos, pero hoy me ha parecido adecuado resaltarlos, mayormente porque sino da la impresión de que esto es Jauja y que en La Sisquella cuelgan chorizos de los olivos. No es así, y es necesario remarcar lo costoso en esfuerzo físico de este modo de vida. Cuesta mucho mantenerse vivo, por lo que veo...bueno...a algunos más que a otros...parece que en Andorra todo es más fácil, ¿no?
2 comentarios:
..Es que en Andorra llueve más y su tierra produce centros comerciales. La planta de tabaco, ya en cartones, se vende mejor. Este año sí que va rácano en lluvias.
Como siempre tus agudas reflexiones son de lo más acertadas. Y responden a la realidad.
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