martes, 26 de abril de 2016

CORREGIDA LA CLOROSIS FERRICA DEL GUISANTE

En la temporada anterior hicimos conserva de guisante por primera vez. Salió fenomenal, así que de nuevo en el huerto nuestros esféricos amigos tienen un lugar preponderante. La tierra, a base de trabajada convenientemente, nos obsequia con la sorpresa de que en esta ocasión no hay que añadir enmienda de hierro: las matas no han mostrado la palidez de la clorosis férrica, ineludible en años anteriores. Bueeeeeno...
El secreto es dejar cubierta vegetal. Sabemos que a la gente esto le repele profundamente: el arraigo de la imagen del huerto sin una sola brizna de hierba ha calado mucho, para alegría de laboratorios de herbicidas y de osteópatas que andan remediando lumbalgias de origen hortícola. En fin. Que cada uno haga lo que quiera, pero las hierbas de la cobertura hacen disponibles los minerales adsorbidos (de adsorción, anclaje) en las partículas arcillosas. La cosa es así.

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