martes, 26 de abril de 2016

MERLUZA Y PATATAS EN SALSA VERDE

Personalmente soy de gustos sencillos y de elaboraciones sencillas, sobre todo si las tengo que preparar yo mismo. Es por eso por lo que no me pondría muy a menudo delante de una cocina de no ser por pura supervivencia. Es por eso que el otro día teníamos unos trozos de merluza y nos pusimos a pensar de qué forma lo podríamos poner que no fuese el famoso rebozado de aparente sencillez pero engorroso de hacer. Pues una salsa verde. Y aquí la tenemos: a falta de almejas que suele ser lo habitual para acompañar, optamos por unas patatas, que también se suelen preparar por separado en esta salsa que, como digo, es muy sencilla. Echamos un chorretón de aceite sisquellano, unas ocho cucharadas y ponemos a freír dos dientes pequeños de ajo con cuidado que no se quemen. Una vez estén un poco doraditos se le añade una cucharada de harina y se cocina medio minuto para añadir cuatro cucharadas de vino blanco y 250 ml de caldo de pescado, en nuestro caso improvisado. Una vez todo mezclado se añade en bastante cantidad perejil picado y se acaba echando la merluza en la cazuela que vaya burbujeando poco a poco y dándole movimientos de vaivén para que no se agarre. El resultado puedo asegurar que quedó de maravilla y eso que vengo de tierra de pescados.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Lo sabrosa que puede ser la sencillez. :D

Robin dijo...

A la par que espartana. Sólo nos falta pescar las merluzas, o en su defecto, algún siluro del Mar de Aragón. No me fío de la fauna piscícola del Ebro a estas alturas después de acariciar Ercros y la nuclear de Ascó. Afamadas son sus pangas de tres ojos y dos sexos y sus caracoles manzana del tamaño de autocaravanas.