domingo, 3 de abril de 2016

DECADENCIA

Un pueblo catalán, de espaldas.
Hablábamos hace un par de días de Catalunya como fachada, como decorado de cartón en un teatro de guiñol. La realidad puede ir reduciéndose de escala, como los fractales, y el patrón se repite: a nivel local, la fachada, lo visible, es sobrio, digno, hasta puede llegar a ser majestuoso: un país, de hecho. Pero por detrás, la ruina acecha, la desidia, el olvido, la inoperancia: lo que viene a ser la decadencia, vamos. Así está el país: subir o bajar en la escala fractal repite el patrón.

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