Hay que reconocer que llevar un viñedo en cultivo natural exige más esfuerzo que en caso de emplear técnicas agrarias convencionales. Mantener la cubierta vegetal en orden precisa un control en la línea de viñas plantadas. Aunque la hierba afecta sólo a nivel de competencia por nutrientes y agua a la viña joven y no afecta en absoluto a las cepas viejas (ojo al dato, gran mito viticultural que cae), parece razonable controlar su presencia en aras de facilitar el paso y permitir labores posteriores. Ahora, cuando las flores ceden el paso a la formación de semillas y ya no hay tanta actividad de insectos que precisan de las primeras, como las abejas, es el momento de segar la hierba. Comprendemos también que el precio de un vino ecológico, natural, biodinámico o realizado con cualquier uso que precise una dedicación mayor, más respetuosa con el medio y cuidadosa, no puede ser el mismo que el de los vinos hechos de manera mecanizada e industrial.
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