Pero una de las primeras lecciones que podemos aprender es que el universo es movimiento, renovación, recombinación continua. Y hay muerte y nacimiento, sin pausa, en una línea ininterrumpida que nos lleva, si retrocedemos en el tiempo, hasta los orígenes, y hacia delante, a lo nuevo, lo joven, interaccionando sin fin con el medio. Y es el tiempo ahora de la nueva generación canina, de Gala y Dina, porque, sin olvidarnos de los compañeros que se han ido, seguimos con la misma ilusión que en el principio, cuando tuvimos nuestro primer perro. Seres fascinantes, apasionantes criaturas, uno de los pocos animales que aman al ser humano. Sigamos viviendo juntos.
2 comentarios:
Amig@s , la pérdida de un animal no se sabe hasta que no se pierde. Parece imposible para los que no aman a los animales que no conciben tanto amor a un ser "perruno" como se les llama. He leído que Boli y Troya ya no están y solo me queda compartir sentimiento y reflexión de lo que comentas en esta entrada. todo continua y nada puede detener el tiempo, solo podemos hacer que sea mejor o igual que antes con los recuerdos que nunca se borran de la mente.
Besosssss
Gracias Candela. Un beso muy fuerte.
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