martes, 21 de julio de 2015

TORMENTA DE ARENA

Para incrementar la desazón meteorológica reinante, a la par que para suministrarnos nuevas y excitantes experiencias, tuvimos la ocasión este sábado de disfrutar de un nuevo fenómeno la mar de simpático: una tormenta de arena. Esta maravilla se gestó a partir de una línea de turbonada proveniente de la cordillera Ibérica, que avanzó con gran rapidez de oeste a este. Agua, inapreciable; pero el viento huracanado llevaba en su seno tal cantidad de tierra pulverizada derivada del secanaje, que talmente parecía un siroco, una tormenta del desierto. Afortunadamente, como se veía venir, no hubo destrozos. Imprescindible en estos tiempos caóticos el radar meteorológico como herramienta esencial.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Lo que viene siendo "mucho lirili y poco lerele". En vuestra vecina "l'Hospitalet de Fukushima" (¿O era de l'infant?) cayeron cuatro gotas en diez segundos.

Robin dijo...

Y nada, que aquí ni llegan las macrotormentas que están destruyendo Catalunya esta tarde...