Podemos afirmar que esta infusión cura la faringitis; por lo menos en el caso que nos ocupa. Se trata de una persona que padece esta inflamación faríngea desde hace años, con tal intensidad que debía recurrir al
antibioticazo de manera ineludible. Esta vez hemos iniciado el tratamiento de infusiones al primer síntoma: el inconfundible pinchazo en la garganta. La infusión se hace con tomillo, hojas de eucalipto y flores de malva. Las cantidades las dicta la inspiración que proviene de conocer las bondades de estas plantas amigas: un puñadito de cada una. El agua se lleva a ebullición, y que hierva durante unos minutos, luego se retira del fuego y se deja reposar, tapada. Debe tomarse un vaso, lo más caliente posible y endulzada con miel, antes de cada comida. En tres días, nuestro amigo sanó de una dolencia- que hasta ahora le afectaba durante unos seis días-, sin fiebre y lo más importante, sin usar antibióticos, que alteran la flora propia tan necesaria en estos casos.
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