En estas terranías ebrencas, casi cada población lleva adjunto un poblado ibérico que le antecedió. Gandesa tiene uno situado en un lugar muy hermoso: el paso del Coll del Moro.
Se sigue excavando en este lugar, encontrándose en la última campaña restos de un taller textil y de otros locales dedicados a artesanías varias. En el exterior del recinto vallado, si se mira al suelo, podemos recoger algunos fragmentos de cerámica decorada.
Algo apartada del lugar de habitación se halla la necrópolis. Los túmulos de piedra me producen una extraña sensación. Hace tanto tiempo...y aún permanecen, para que recordemos esos antepasados íberos que nos han transmitido genes ancestrales que perviven en nosotros.
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