El horno necesita reparación: debemos rehacer la chimenea. Y nos hemos inspirado en un detalle de las casas del Alto Pirineo aragonés: allí, desde tiempos inmemoriales, se ha coronado el tubo con lo que se denomina espantabrujas. Es algo tan sencillo como colocar una o dos piedras sobre el remate, de manera que su asiento natural esté orientado al este. Dicen quienes saben que así, las brujas malas, al amanecer, se entretienen en mirarlas y pierden la oportunidad de entrar en la casa por la chimenea.
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