Glóbulos grisáceos y azulados en el cielo y glóbulos morados en la tierra: mientras las tormentas nos acechan por todas partes, algunas con pinta peligrosa y rellenas de granizo, las moras están en su punto listas para hacer esa deliciosa mermelada que tanto me gusta y nos resarcen así de tanta amenaza meteorológica. Este año, como las temperaturas se están manteniendo a raya --a excepción de la primera semana del mes que fue de órdago a la grande- las moras están madurando secuencialmente, como debe ser, no todas a la vez, que entonces es un coñazo y no da tiempo a procesarlas convenientemente. Poco a poco, pausadamente, día a día cual hormiguillas vamos rellenando nuestra alacena de conservas.
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