viernes, 20 de junio de 2014

ZUMO DE CANTARIDAS

Contra el mal de la impotencia se ha probado de todo a lo largo de la historia de la Humanidad humanoide: nada peor que querer darle al fistro de abajo y que se quede colgante cual prepucio de San Borondón. Una de las más bizarras ocurrencias ha sido y es el zumo de cantáridas. Fue remedio de la Antigüedad, pero sigue en uso. Se trata de recolectar cantáridas, unos pequeños coleópteros que triscan por los montes, y licuarlos hasta obtener un zumillo. Seguramente será aconsejable mezclarlo con un zumo de frutas o con leche, cual ibuprofeno al uso. Y hala, a darle al manubrio.

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