lunes, 1 de septiembre de 2014

SEPTEMBER, DO YOU REMEMBER. LA PRINGÁ HERMANADA

Queridos y nunca bien ponderados muchachitos de Sherwood, empieza septiembre, mes en el cual la mayoría de humanoides consideran que ya se ha acabado el verano. Nada más falso. El solanaje sigue implacable, al menos en estas terranías sisquellanas. Pero nosotros no nos dejaremos atrapar ni por el síndrome postvacacional, tan socorrido por los urbanitas perezosos que esconden su verdadera vocación de ranas solaneras tras la coartada psicológica de la patología in, ni por la ya incipiente -si no, al tiempo- depresión otoñal, esa de las amas de casa poco ocupadas y de señoras que no tienen fistro que llevarse al cuerpo.
-Te estás pasando.
-Qué va...
Pues lejos de caer en barrena, de todos es sabido que a mí, septiembre me revitaliza sobremanera, así que mambo al cuerpo y al alma, y alcemos los brazos en loanza de los buenos tiempos, pasados, presentes y futuribles. Iniciamos mes a los acordes del September de Earth, Wind an Fire (fuegorl ¡¡¡¡ en el cuerporlll ¡¡¡)
y nada mejor que hermanar norte y sur antes de que necesitemos pasaporte y visado para transitar por la antigua Hispania. Unamos la pringá andaluza con la alubiada norteña, y gocemos de los placeres corporales y anímicos que la ingesta de nuestra legumbre suscita. Pues este plato está elaborado con las negritas vascas que han tenido a bien nacer en nuestra tierra riberenca. Están muy muy buenas. Un secretillo: echarles un puñado de arroz. Eso llena por dentro...y casi rellena por fuera (humor interno).

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Ogh. Nunca he podido con las alubias. Ni negras, ni rojas ni las pochas blancas vitorianas. ¿Una tortillita francesa?

Robin dijo...

Hecho, con los huevos de nuestr5o clan gallináceo, pero entonces tráete aquí todas las alubias que puedas...¡nos encantan!