Lluvia: es todo lo que se necesita para que un paisaje, un lugar, se regenere. Podíamos pensar en agua en general, pero más específicamente debe ser caída del cielo, lluvia.
Caracoles sisquellanos: no había cuando llegamos aquí, y sin embargo, aquí están, abundantes incluso. Ha bastado una primavera lluviosa para que, desde sus enigmáticos refugios, vuelvan para poblar la tierra.
2 comentarios:
Me hace gracia ver estos caracolicos blancos arracimados en lo alto de los hierbajos.
Nunca había habido tantos...de hecho, aquí no había ninguno...es inquietante...¿dónde pasarán años y años de sequía?
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