Maravilloso: después de una jornada huertana, nada glamourosa, con barro hasta en las cejas y picadas de insecto en salvas sean las partes...la tarde declina, nos aseamos, nos ponemos a gustito y festejamos un atardecer delicioso, habiendo llovido la noche anterior una magnífica tormenta que al principio parecía seca, pero que luego nos ha deleitado con un buen chaparrón de agua...¿qué más quieres, quieres más?
-Si acaso, un puesto de consejero delegado en Gas Natural...
-Ah, qué susto, por un momento pensé que decías en Bankia...
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