Espinacas. Coles. Coliflores. Acelgas. Y una herejía: vamos a probar a sembrar ahora las calabazas, porque ya el verano pasado quedaron achicharradas con los rigores estivales de la zonica ésta, y sólo conseguimos recolectar algunas sembradas a finales de agosto. Pues perseveramos. ¡Ah, y seguimos con la judía tierna! Voy a añadir a la tierra una enmienda de hierro: en esta tierra, este átomo o no está o no se le espera, porque hay clorosis férrica por doquier. Aquí la tierra, picada a mano por mi menda, porque los hombres me dicen que espere, que traen las máquinas y tal...y me darán las uvas. Así que chapo en mano y a remover la tierra, a la antigua usanza. Aún estoy joven para esto, menos mal...
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