Igual que la temporada pasada, las berenjenas blancas nos siguen sorprendiendo. Como no puedo masticar, mi maridín se decide por hacer berenjenitas, blanditas ellas...aunque esta vez ha probado a rebozarlas. Nueva sorpresa: la berenjena blanca, rebozada, parece pescado. La pulpa se desmenuza, al masticarla, en una miga tersa que recuerda la carne del rape. De verdad que las personas que posean inquietudes culinarias y gusten de explorar sabores, texturas y demás alquimias gastronómicas tienen en las berenjenas blancas todo un campo por inventar y descubrir. Estas delicias son gentileza de Angel y Jordi, cuyo huerto nos han invitado a visitar reiteradamente y nosotros no nos atrevemos porque nos puede dar un yuyu definitivo...el jardín del Edén ha su lado era las ciénagas de Mordor...
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