martes, 4 de junio de 2013

ANIMALES Y AURA

Ya os había hablado anteriormente de Miquel, el susurrador de potrillos. Algunas personas tienen un don para con los animales.
La muestra queda patente. Sabéis que Troya es una especie de fiera corrupia que se muestra miedosa y alerta con todas las personas que ve por primera vez. Puede llegar a ser muy, muy pesada, ladrando y dando vueltas contínuamente.
Pues con Miquel no ha sido así.
Un poquito al verlo llegar.
Luego, una aproximación cariñosa. Y listo.
Emana de las personas un aura. Se crea una atmósfera, una magia, sí. Aquí hablar de magia tiene sentido.
La tierra en la que estamos también es especial. Una sisquella con nombre, con historia. Con alma.

2 comentarios:

Gorgk dijo...

En la sencillez y el respeto está la sabiduría innata. Los animales lo captan, lo saben, intuitivamente.
Gran persona sin duda alguna.

Robin dijo...

Así lo hemos constatado.